Los papeles arrugados

El difícil re-estreno

Hace poco más de un mes que abrí, de manera seria, este espacio con el que pretendía tener textos publicados más o menos, día por medio. Me creía capaz de hacer eso aún sin tener conexión a internet en la casa; total –pensé-, en subir los escritos no me iba demorar más de 15 minutos - unos 100 pesos en un cibercafé cualquiera-, pero la plata me ha faltado un poco más de lo saludable, me he portado flojo un poco más de lo razonable y, generalmente, cada vez que me conecto termino quedándome más menos una hora, bastante más que lo que pensaba pagar al inicio. Todo eso sumado a que la vez en que quise subir un posteo con foto y todo, el sitio de zona libre no me dejó.

Todo lo anterior deja espacio a una sola conclusión: mi lápiz bic no está desangrado ni tan listo para desangrarse como pensé. Sí suelo andar buscando ideas sobre qué escribir, ya sea para este blog, que modestamente me importa bastante, porque sé que, como papelero y vertedero, privado y personal, me permite poner en él lo que quiera.

Absolutamente lo que quiera. Incluso lo vergonzoso, como esa especie de back-stage de un trabajo universitario que publiqué en dos partes y que por suerte no tuvo una tercera. Suficiente dolor en el culo me dio ese trabajo (ojo, por las horas frente al computador y por que fue como tema era un ají en el mismo) como, para más encima, andar pegado con eso. No debí subirlo jamás al sitio, y por lo mismo, está borrado del archivo.

Entiendo ahora un poco mejor que este blog. Destinado a que lo lean amigos y conocidos no tan cercanos, cosa que no se contamine con comentarios que vienen demasiado de cerca y que yo tenga libertad de escribir lo que sea sin dar explicaciones y poder hablar de los temas con los que nadie te pesca demasiado, más que buscar ser fiel con algún lector imaginario, es ser más o menos fiel también con el cable que se peló el día en que me prometí con mucho gusto hacer esto. Y hacerlo mientras unos se mandan cadenas por mail, escriben correos de mala gana a los amigos que no ven hace tiempo, juran que se van a comer el mundo estudiando lo que estudian y otros muchos hacen fotologs, algunos bien bonitos, por cierto. No me considero tan fotogénicamente interesante ni tan buen disparador con la cámara ( que no tengo), pero un poquito más deseable considero mi lápiz bic y sus ganas de, pese tener la tinta un poco seca, llenar páginas y páginas ( o bites y kilobites) que pueda revisar en un año más.

Asimismo, pensando en este reestreno escritural , me di cuenta de lo que quiero y lo que no. No quiero ser el mejor alumno de cualquier ramo en la universidad. No quiero bajar de peso ni andar vestido y oloroso para toda ocasión; es que no me resulta ocuparme de eso. Quiero escribir trabajos macizos. Quiero hacer el aseo de mi casa y dejar todo con buenos olores después de haberlo desordenado todo por haber trabajado horas y horas. No quiero andar con las horas de sueño desajustadas. No quiero calentarme por cualquier tema ni emitir juicios y pre-juicios por todo. Quiero esa sencillez de pensar y expresiva para dos cuestiones bien simples: hacer un buen blog y escribir un libro bonito, que aunque no esté en ningún lado, tenga una cantidad de bytes bien ganadas en mi computador o en cualquier disquete. Salud!.